Técnicas
Quirúrgicas
Las alternativas de
tratamiento quirúrgico son múltiples en la columna vertebral, y van desde
procedimientos microquirúrgicos hasta otros con técnicas de fijaciones amplias,
pasando por técnicas percutaneas y endoscópicas, entre otras. Enumeraremos y
describiremos algunos aspecto de las técnicas más frecuentes en columna
vertebral:
Laminotomía
Es una técnica para
operar las hernias discales. Consiste en llegar hasta la raíz nerviosa y la
hernia discal abriendo el espacio que hay entre las láminas de dos vértebras en
contacto (superior e inferior). Al ampliar el agujero de conjunción, se
descomprime la raíz nerviosa. En general se realiza además la disectomía
(ver
abajo) excepto en casos donde sólo se busca una descompresión del foramen con
resección de los elementos óseos (ver artículo de estenosis foraminal).
Discectomía
Es una técnica para
operar las hernias discales. Consiste en extraer exclusivamente el material
discal herniado, sin romper ni extraer el hueso vertebral. La discectomía es
eficaz para el tratamiento quirúrgico de los casos de hernia discal que deban
ser operados. Con frecuencia es preciso ampliar ligeramente el agujero de
conjunción para acceder al material discal que se extrae en una discectomía,
denominándose al procedimiento discectomía con laminotomía.
Microdiscectomía
Es una discectomía que
se realiza usando un microscopio, con una incisión y manipulación quirúrgica muy
pequeña y, por lo tanto, un plazo de recuperación muy breve Los estudios
científicos realizados demuestran que la microdiscectomía es eficaz para el
tratamiento quirúrgico de los casos de hernia discal que deban ser operados. En
los casos que realmente deben ser operados, y cuando es técnicamente posible
usar esta técnica, la microdiscectomía es el procedimiento de elección, pues
obtiene unos resultados similares a los de la discectomía acortando el tiempo de
recuperación y reduciendo los costes. Este técnica es el estándar utilizado
por la
gran mayoría de los neurocirujanos en las operaciones discales.
Laminectomía
Consiste en quitar toda
la lámina de una vértebra, lo que también descomprime la raíz nerviosa. También
se usa en casos de estenorraquis, para descomprimir la
médula y las raíces nerviosas de determinadas zonas. Los estudios realizados
demuestran que obtiene resultados inferiores que la discectomía, la
microdiscectomía o la laminotomía cuando se utiliza exclusivamente para el
tratamiento de una hernia discal.
Artrodesis
Consiste en fijar dos
vértebras o más vértebras entre sí. Se puede hacer colocando un injerto de hueso
entre ambas vértebras ("artrodesis no instrumentada") o usando además tornillos,
barras y/o placas metálicas para fijar cuerpos vertebrales u otros segmentos de
ellas ("artrodesis instrumentada").
Se usa en los casos de
espondilolistesis (desplazamiento antero-posterior de un cuerpo vertebral sobre
otro) o escoliosis con indicación quirúrgica. A veces, también se utiliza tras
hacer una laminectomía y facetectomía (resección de las facetas articulares),
para evitar la inestabilidad de la vértebra cuya lámina se extrae. Se debe tener
mucho cuidado y ser muy criterioso a la hora de realizar una artrodesis en una
patología degenerativa de la columna, ya que este procedimiento aumenta
enormemente los riesgos y complicaciones de la cirugía, además de los costos,
sin ofrecer necesariamente un beneficio comprobado a través de investigaciones
científicas reputadas en todos los casos. Por
ende, sólo se debe realizar en casos con plena justificación, que en la práctica
son la minoría de las columnas con enfermedades discales o estenosis que se
llegan a operar.
Antiguamente se usaba
para el tratamiento de los casos de degeneración del disco, puesto que se intuía
que esa degeneración o la "inestabilidad" que causaba, eran los responsables del
dolor. Sin embargo, los estudios realizados cuestionan esa interpretación más
bien intuitiva. De hecho, la eficacia de la artrodesis en esos casos es
cuestionable. Hoy en día sólo se plantea la posibilidad de realizarla en
aquellos casos de dolor lumbar en los que la sintomatología es de larga
evolución e invalidante pese a todos los tratamientos aplicados, si además no
están disponibles otros tratamientos no quirúrgicos que han demostrado ser
eficaces .
Para ver técnicas de
fijaciones específicas diríjase a la sección de Fijaciones.
Quimionucleolisis
Es una técnica para el
tratamiento quirúrgico de las hernias discales. Consiste en inyectar una
sustancia enzimática en el interior del disco. Esta sustancia destruye el núcleo
pulposo. Eso disminuye la presión del disco y la compresión sobre la raíz
nerviosa y, además, destruye las sustancias que contiene el núcleo pulposo y
desencadenan la inflamación y dolor por alteraciones del nervio.
Los estudios
científicos realizados han demostrado que esta técnica es eficaz, aunque menos
que la discectomía, y que actúa más por la destrucción de las sustancias que
provocan la inflamación que por la reducción del volumen de la hernia. De hecho,
en el 70% de los pacientes en los que la técnica es eficaz, el volumen del
material herniado permanece inalterado.
Aunque se puede
controlar, existe el riesgo de reacción alérgica a la enzima (quimopapaína).
Estos riesgos, además del riesgo de recidiva herniaria , junto al desarrollo de
la microdiscectomía, han hecho que actualmente la quimionucleolisis se realice
menos frecuentemente y en casos muy determinados. Estas técnicas aumentan
significativamente los costos sin implicar ventajas relevantes en muchos
casos.
Nucleotomía percutánea
Consiste en extraer el
núcleo pulposo del disco intervertebral a través de una pequeña incisión en la
piel. Los estudios científicos realizados han demostrado una discutible eficacia
al mediano y largo plazo, y actualmente se practica en casos
marginales.
Nucleoplastía (prótesis de núcleo pulposo).
Consiste en extraer el
núcleo pulposo y colocar en su lugar una prótesis. Inicialmente se desarrolló
para el tratamiento de las fisuras discales. En general no se encuentran
estudios científicos con una metodología lo suficientemente rigurosa como para
proponer esta técnica como un estándar comparable a las demás cirugías referidas
más arriba.
Ozonoterapia
Inicialmente se
desarrolló para el tratamiento de la hernia discal y consiste en inyectar un gas
(ozono) en el interior del disco y en sus alrededores, así como en la zona
para-vertebral. Es una técnica en desarrollo y difusión , sin embargo los
resultados a largo plazo no la han consagrado como una técnica comparable a las
estándar dada su relación costo/efectividad y se reserva para casos puntuales en
algunos centros especializados.
IDET o Electrotermocoagulación Intradiscal
Es una técnica
desarrollada para el tratamiento del dolor originado en el disco intervertebral.
Consiste en colocar electrodos en el disco intervertebral y aumentar su
temperatura, con el fin de quemar los nervios responsables de transmitir el
dolor originado en él y, eventualmente, unir las fibras de la envuelta fibrosa
del disco (en los casos de fisura discal). Los estudios científicos son poco
concluyentes respecto al efecto de esta técnica sobre la evolución natural de la
enfermedad en la mayoría de los casos.
IRFT o Termocoagulación Intradiscal por Radiofrecuencia
Es también una técnica
desarrollada para el tratamiento del dolor originado en el disco intervertebral
(dolor discógeno). La termocoagulación se basa en la aplicación directa de calor
sobre la lesión (en este caso introduciendo la cánula en el centro del disco)
mediante una sonda térmica. El objetivo de dicho tratamiento es interrumpir la
transmisión del dolor desde los discos invertebrales. Los estudios científicos
son poco concluyentes respecto al efecto de esta técnica sobre la evolución
natural de la enfermedad en la mayoría de los casos.
Indicaciones
En los casos de hernia
discal que hay que operar, la selección restrictiva de esos casos, limitada
exclusivamente a los que presentan criterios que permiten predecir el éxito de
la operación, es incluso más importante que la técnica que se emplee. Sin
embargo, cuando hay que operar, es recomendable:
La discectomía
o, todavía
mejor, la microdiscectomía
si están
disponibles médicos entrenados en su realización. La laminotomía, aislada o en
combinación con la discectomía, puede aplicarse. La laminectomía sólo está
indicada en casos excepcionales y la artrodesis debería evitarse.
La quimionucleolisis
es menos
eficaz que la microdiscectomía o la laminotomía, y tiene complicaciones que,
aunque poco frecuentes, son potencialmente peligrosas. Se puede plantear cuando
se ha descartado que el paciente es alérgico a la quimopapaína, como último paso
antes de indicar la cirugía.
La nucleotomía
percutánea no es eficaz en la gran
mayoría de los casos.
En casos de afecciones
discales, como fisura o degeneración, ningún dato fiable sugiere la eficacia de
la ozonoterapia, el IDET, el IRTF
o la
colocación de prótesis de núcleo pulposo, por lo que estas técnicas no pueden
recomendarse a
priori.
En los casos de
estenorraquis que hay que operar, algunas de las recomendaciones basadas en la
evidencia científica disponible aconsejan la laminectomía, eventualmente
completada con artrodesis.
En los casos de
espondilolistesis
en los que
hay que operar, algunas de las recomendaciones basadas en la evidencia
científica disponible aconsejan la artrodesis.
En los casos de
escoliosis que hay que operar se recomienda la artrodesis con fijación
instrumentada e injerto óseo.
En casos de
degeneración discal, se recomienda no operar salvo en circunstancias
excepcionales, que incluyen el que no estén disponibles en el entorno geográfico
concreto otras técnicas no quirúrgicas que han demostrado ser eficaces. En esos
casos, se plantea la artrodesis
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