lunes, 2 de enero de 2012

Cuándo hay que acudir al médico


Aunque no siempre que duele la espalda es necesario consultar al médico, en algunos casos es indispensable y en unos pocos, urgente. En esta sección se explica:
  1. Cuándo es necesario ir al médico.
  2. Cuándo es urgente hacerlo.
  3. Cuándo no es indispensable.

Evidentemente, en caso de duda siempre es mejor consultar a su médico.

Hay que consultar al médico si se da una o más de estas circunstancias:


  • Para confirmar el origen del dolor:
    • Si es la primera vez que duele la espalda.
    • Si las características del dolor o su localización son distintas de las de los episodios previos.
  • Por la intensidad o duración del dolor:
    • Si es tan intenso que no lo alivian los analgésicos que se pueden comprar sin receta médica.
    • Si, con independencia de su intensidad, no mejora en 3 días o no desaparece en 7.
  • Por las características del dolor:
    • Si se extiende por el brazo o la pierna y es más intenso en esos trayectos que en la espalda o el cuello.
    • Si se acompaña de pérdida de fuerza o alteraciones de la sensibilidad.
    • Si impide todo tipo de movimiento o es constante (es decir, no se modifica en función de la postura o el movimiento).
  • Porque se acompañe de otros signos o se dé en situaciones peculiares:
    • Si hay fiebre, cansancio extremo o pérdida de peso.
    • Si se padecen otras enfermedades o se están tomando medicamentos que contraindiquen algunos tratamientos para el dolor de espalda.

Es urgente ir al médico si se da cualquiera de las siguientes circunstancias:


(Es excepcional que aparezca uno de estos síntomas, pero si le duele la espalda y surge repentinamente cualquiera de ellos, debe acudir inmediatamente al médico.)

  • Aparición brusca de alteraciones al orinar: imposibilidad de controlarlo o dificultad para hacerlo.
  • Pérdida de sensibilidad en la zona del ano, los genitales o la cara interna de ambos muslos ("anestesia en silla de montar").
  • Pérdida súbita de fuerza en ambas piernas.
  • Aparición brusca de dolor, acorchamiento o pinchazos en ambas piernas.
  • Imposibilidad de mantenerse en pie de forma estable.

Por el contrario, no es indispensable consultar al médico si se dan todas estas circunstancias (fíjese en que se tienen que dar todas ellas):


  • El dolor ya ha sido previamente valorado por un médico, y las características y localización del nuevo episodio son las mismas.
  • El dolor es soportable, se alivia con analgésicos que se pueden comprar sin receta médica, mejora en menos de 2 días y desaparece en menos de 7.
  • El dolor no se acompaña de pérdida de fuerza.
  • El estado general de salud es bueno; no hay fiebre ni pérdida de peso, no se padece ningún tipo de enfermedad y no se están siguiendo tratamientos que puedan influir en el dolor.

En caso de duda, siempre es mejor consultar al médico.

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